Envío Gratis USA y PR📦

0

Tu carrito está vacío

  • Add description, images, menus and links to your mega menu

  • A column with no settings can be used as a spacer

  • Link to your collections, sales and even external links

  • Add up to five columns

  • noviembre 19, 2019 4 lectura mínima 0 Comentarios

    En la explicación más sencilla, la pérdida de peso es un proceso básico que ocurre cuando quemas más calorías de las que consumes.

    Usted consigue calorías, por supuesto, a través de la comida. Por lo tanto, el proceso de perder peso casi siempre comienza con la reducción del número de calorías que consumes y el aumento del número de calorías que quema, creando así un déficit calórico.

    Entendiendo el proceso fisiológico

    El cuerpo quema calorías en reposo, sólo para mantener sus diversos sistemas fisiológicos funcionando correctamente. Usted quema calorías a través de la actividad y el uso de los músculos.

    También se quema calorías al digerir y metabolizar los alimentos que consume. Incluso el pensamiento, que requiere comunicación celular entre las neuronas del cerebro, quema calorías.

    Cuando el cuerpo se enfrenta a un déficit calórico, debe recurrir a fuentes de energía almacenadas para satisfacer sus necesidades calóricas.

    La mayor parte del exceso de calorías del cuerpo se almacena en forma de grasa, y el objetivo de la mayoría de las personas al perder peso es perder grasa.

    A medida que el cuerpo necesita más energía de la que consume a través de los alimentos, se vuelca a estas reservas, y las reservas de grasa comienzan a agotarse y por lo tanto a bajar de peso.

    Etapa 1: Dieta y Suplementación

    El primer lugar en el que debe concentrarse cuando se quiere perder peso es en su dieta. Cuando comes más calorías de las que necesitas cada día, tu cuerpo las almacena como grasa.

    Reducir la ingesta calórica por debajo de las necesidades del cuerpo ayuda a quemar la grasa existente y a prevenir un mayor aumento de grasa.

    La cantidad de calorías que necesitas reducir en tu dieta diaria depende de muchos factores. Tu médico o un nutricionista pueden ayudarte a determinar su número.

    Una vez que tienes este número, debes ser más diligente con el control de las calorías, haciendo un seguimiento de tus calorías y eligiendo alimentos bajos en calorías.

    Un buen momento para empezar es recortando o reduciendo significativamente su consumo de los siguientes alimentos:

    • Dulces
    • Sodas y bebidas azucaradas
    • Alimentos grasos y fritos
    • Carnes grasas
    • Granos refinados como pan blanco, arroz blanco y pasta blanca

    El segundo paso en el proceso, es comer alimentos más densos en nutrientes y bajos en calorías. Las verduras frescas le dan el mayor beneficio por su carga nutritiva. Son bajas en calorías, altas en nutrientes y llenas de fibra para sentirte saciado.

    Las proteínas magras son otra fuente inestimable de nutrición, que no romperá el límite de calorías pero que te mantendrá sintiéndote lleno.

    Puedes acompañar tu dieta junto con una excelente suplementación con aminoácidos para apoyarte en tu pérdida de peso. Turbo Fit son suplementos que te ayudan a acelerar el metabolismo, quemar grasas y perder peso de manera natural y sin efectos rebote.

    Una combinación de una buena dieta con esta suplementación, tu pérdida de peso irá encaminada correctamente hacia el éxito.

    Etapa 2: Ejercicio

    Aumentar su actividad física es clave para el proceso de pérdida de peso. El ejercicio es la manera más fácil de aumentar la demanda de calorías del cuerpo.

    Un entrenamiento vigoroso como correr o andar en bicicleta puede quemar más de 500 calorías en 30 minutos, dependiendo de tu peso corporal y tu ritmo.

    El entrenamiento de fuerza, como levantar pesas o hacer ejercicios de calistenia, no quema muchas calorías mientras lo hace, pero desarrolla el músculo que aumenta su metabolismo en reposo.

    El músculo es más activo metabólicamente que el tejido graso, por lo que cuanta más masa muscular tenga, más eficientemente su cuerpo utilizará la energía de los alimentos que ingiere.

    El ejercicio vigoroso causa un efecto de "postcombustión" conocido como consumo excesivo de oxígeno después del ejercicio, el cual continúa manteniendo las demandas calóricas del cuerpo ligeramente elevadas después de que el entrenamiento ha terminado.

    Esto se debe a la reparación del tejido que ocurre cuando los músculos se están recuperando del ejercicio.

    Es mucho más pronunciado después de un entrenamiento de resistencia que de un entrenamiento aeróbico. También es más pronunciado en personas no acondicionadas o fuera de forma. Una vez que se pone en forma, su cuerpo necesita menos energía adicional para recuperarse.

    Aumenta tu actividad añadiendo una mezcla de ejercicios cardiovasculares moderados y vigorosos. Entrena con fuerza a todos sus grupos musculares principales un par de veces a la semana.

    Esto no significa necesariamente levantar pesas en el gimnasio, también puede tomar una clase de yoga o Pilates, o hacer sentadillas, flexiones de brazos y flexiones en casa. Trata de hacer ejercicio, ya sea cardio, entrenamiento de fuerza o ambos, la mayoría de los días de la semana.

    Etapa 3: Entrena tu cerebro

    La pérdida de peso es un proceso tanto mental como físico. La cultura moderna ofrece muchas oportunidades para consumir el exceso de calorías en comidas chatarras, por ejemplo, y muchas excusas y distracciones que le impiden quemarlas.

    Reentrenar tu mente para pensar de manera diferente acerca de su consumo de alimentos y tu nivel de actividad física es crucial para hacer cambios que resulten en una pérdida de peso a largo plazo.

    La pérdida de peso óptima ocurre lentamente a través de cambios en el estilo de vida que se pueden mantener durante toda la vida de una persona, en lugar de una dieta rápida o un plan para hacer ejercicio todos los días durante dos meses.

    El proceso de pérdida de peso requiere paciencia y un compromiso mental con el cambio permanente, además de una dieta saludable y un estilo de vida activo.

    Tu mente, tu cuerpo, tu salud y tu vida lo agradecerán. Pues llevar una vida plena y saludable, además de librarte y prevenir enfermedades, te ahorrará dinero en medicinas y visitas médicas, que pudiendo ser prevenidas, no fueron así, pues la clave está en la prevención.